Lobby abierto: durante una entrevista, el vicejefe de Gabinete nacional habló de las “bondades” de Farmacity
14/10/2017
http://www.primerplanoonline.com.ar/index.php/2017/10/14/lobby-abierto-una-entrevista-vicejefe-gabinete-nacional-hablo-las-bondades-farmacity/
EN PLENA PELEA CON LOS FARMACÉUTICOS, QUE PUGNAN POR IMPEDIR EL DESEMBARCO DE LA CADENA MULTINACIONAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, MARIO QUINTANA, UNA DE LAS FIGURAS CLAVE DEL EQUIPO ECONÓMICO DE MAURICIO MACRI, ASEGURÓ: “LA INNOVACIÓN TERMINA IMPONIÉNDOSE Y REDEFINE EL EMPLEO”. UNA NOTA QUE YA PROVOCA POLÉMICA.
Como viene informando desde hace días Primer Plano On Line, los farmacéuticos bonaerenses están dispuestos a resistir el desembarco de la cadena Farmacity en la provincia de Buenos Aires, lo que significaría para ellos el descalabro total de una actividad que es ejemplo a nivel mundial. Como parte de la batalla, el jueves se movilizaron al edificio en donde tiene sede la Corte Suprema de Justicia de la Nación, organismo que tiene en sus manos un pedido para declarar inconstitucional la ley bonaerense que impide que la multinacional arribe al territorio con sus locales polirrubros.
En el marco de una batalla que viene de hace años pero que ahora pareciera tener un capítulo definitorio a partir del cambio en el mapa político del país y de la provincia, uno de los hombres más importantes del Gobierno nacional y actual accionista de Pegasus, la firma que compró y explota las franquicias de Farmacity en Latinoamérica, dejó ver su posición en un litigio que lo tiene como juez y parte. Se trata de Mario Quintana, vicejefe de Gabinete y uno de los hombres de mayor relevancia en la toma de decisiones del equipo económico de Mauricio Macri. “En mi rol de funcionario estoy contaminado con el mundo de la salud porque mantengo acciones en Farmacity”, confesó Quintana durante una larga entrevista con el periodista Jorge Fontevecchia para el diario Perfil.
Primer Plano On Line reproduce a continuación los tramos de la charla en la que el funcionario nacional habla de su empresa.
-Farmacity es la principal empresa de venta minorista de medicamentos, ocupa a más de 6.500 personas, tiene tres formatos diferentes y 300 locales en 13 provincias. ¿Cuál fue la clave de su éxito vertiginoso?
-La clave fue haber sido fiel a su idea estratégica. Hace dos años que estoy lejos, pero sí puedo hablar de los 18 anteriores. Siempre su foco fue el servicio a la gente. Eramos cuatro amigos y contratamos a un grupo de estudiantes para que entrevistaran a 500 personas que salían de las farmacias y notamos que el nivel de insatisfacción era muy alto. Entonces, diseñamos todo pensando en la necesidad de la gente. Recuerdo un momento muy delicado en octubre de 2010. El cartel de los laboratorios nos declaró la guerra y nos quiso destruir como compañía. A causa de esa crisis, decidí manejar personalmente la empresa y lo hice durante un año y medio. Yo les decía a todos: si somos fieles al foco original, el servicio, nuestro único aliado será la gente, olvidémonos de los lobbies y todo eso, focalicémonos en la relación con la gente. Y la gente lo reconoció.
-La Confederación Farmacéutica Argentina relacionó el crecimiento de Farmacity con el cierre de 1.400 farmacias en Buenos Aires desde 1997, cuando comenzó a funcionar la cadena. ¿Farmacity es el Uber de las farmacias?
-Eso se lo puedo responder citando al que hace unos años era y sigue siendo, creo, secretario general del gremio de Empleados de Farmacia. Él decía que antes de Farmacity su gremio tenía 5 mil afiliados en Capital y Gran Buenos Aires y 15 años después, más de 20 mil. Lo cual habla de que en el sector se generó mucho empleo. Una parte generada por Farmacity, otra parte los demás, y también por el blanqueo de empleo. La aparición de nuevos formatos favorece siempre. Farmacity revitalizó a todo el sector, de hecho esos son datos oficiales del gremio. Se generó empleo. Además, en cualquier proceso competitivo la movilidad de los jugadores es parte de esa destrucción creadora de Joseph Schumpeter. La innovación termina imponiéndose y redefine el empleo.
-Tres años más tarde, en 2000, con 31 años, funda el grupo Pegasus, que además de Farmacity sumó a Freddo y Tortugas Open Mall, y tiene participaciones en negocios inmobiliarios, tecnología y alimentos. ¿Cómo hizo un desarrollo tan amplio de sus negocios?
-Era un alma inquieta. Pero siempre tuve más ideas que plata. Por eso armé un esquema que me permitió pensar otros negocios recurriendo a capital de terceros. Nunca fui dueño, era siempre socio o coinversor con una parte menor, porque no tenía suficiente capital. Era un emprendedor serial buscando formas de acceder al capital.
Pese a la importante movilización realizada, los farmacéuticos no fueron recibidos por ningún miembro de la Corte Suprema de Justicia
-Usted dice que nunca fue dueño. ¿Qué porcentaje de Farmacity es suyo, y luego, qué porcentaje de Pegasus?
-En el caso de Farmacity, cerca del 3%, más allá de que, por cómo estaba diseñado el sistema, tenía una influencia mayor en los manejos societarios. Son todos proyectos que requieren mucho capital de origen, que era lo que me faltaba. El grupo Pegasus, como compañía de management, no requería mucho capital y podía tener una participación mucho mayor. Pero a la hora de hacer el shopping, que sí requería mucho capital, mi participación era muy menor. Dependía de cada negocio.
-Antes mencionó que con Farmacity se enfrentó al cartel de los laboratorios. ¿Podría explicarle al lego en economía cómo funciona un cartel, a partir del ejemplo de los laboratorios?
-Prefiero no usar ese ejemplo, ya que en mi rol de funcionario estoy contaminado con el mundo de la salud porque mantengo acciones en Farmacity. Un cartel significa que un grupo de empresas con posición dominante en el mercado se pone de acuerdo para, en términos económicos, extraer el surplus del consumidor. No me quiero poner demasiado técnico: cuando las empresas compiten para ofrecer mejores productos a menores precios, es el consumidor el que se beneficia. Si, en lugar de competencia, un grupo de empresas se pone de acuerdo y dice: “Vamos a subir los precios”, al consumidor no le queda otra que pagar productos de menor calidad a muy alto precio. Y son los empresarios quienes ganan. Hay muchos sectores cartelizados en Argentina, y en este juego corporativo de los negocios, muchos empresarios tiene acceso a los despachos oficiales. Esa voz se hace escuchar solita, pero es la voz de la gente, la voz del consumidor la que tiene que primar en la política. Hay que cambiar las reglas del juego para que la ganadora sea la gente.
Elena Pott y Miriam Aguirre, referentes del Colegio de Farmacéuticos de zona oeste